TRANSGÉNICOS EN BOLIVIA
-En el 2005, el gobierno del presidente Carlos Mesa aprobó la producción y comercialización de soya transgénica resistente al herbicida glifosato. Para ello tuvo que pedir a la policía que desaloje a periodistas y representantes de organizaciones campesinas que se hicieron presentes en el Ministerio de Desarrollo Sostenible, durante la reunión del Comité de Bioseguridad, entidad responsable de tal aprobación.
-El uso de semillas transgénicas no supone disminución del hambre, Bolivia actualmente se encuentra entre los 5 países con índices más altos de subalimentación de Latino América. Sin embargo ocupa el puesto número 11 en volúmenes de producción mundial de soya, lo que indica que la producción de alimentos diversificados de transgénicos no está suponiendo un cambio en la alimentación de la población.
-El uso de transgénicos en Bolivia tampoco supone la soberanía alimentaria. El año 2014 durante el primer semestre Bolivia importó alimentos en un valor de 359 millones de dólares. En diez años (2003-2013) Bolivia gastó cerca de 1000 millones de dólares en importaciones de trigo y harina.
En nuestro país solamente se autorizó la siembra de soya con semilla transgénica con objeto de hacerla resistente al herbicida Glifosato. Existen 780.000 hectáreas con soya de este tipo, lo que equivale al 88 por ciento de la superficie total cultivada en Santa Cruz. El rendimiento logrado es de 2.3 Toneladas por hectárea, es decir, relativamente cercano al de otros países de América Latina, habiéndose producido un ahorro de $us. 80 por hectárea en control de maleza.